Día Mundial de Acción contra las Represas y por los Ríos
Décadas de maltratos, decenas de millones de personas expulsadas de sus tierras y una lucha mundial contra la construcción de más represas ocurre en todo el mundo; es en este contexto que ayer -14 de marzo- se conmemoró el Día Mundial de Acción contra las Represas y por los Ríos.
Los peruanos, con apenas la central hidroeléctrica del Mantaro como la mayor del país y un puñado de otras viejas hidroeléctricas construidas en diferentes lugares del territorio nacional, no conocemos aún los impactos reales de este tipo de infraestructura en la piel de nuestro pueblo. Sin embargo, la sombra del drama de más de un millón de afectados por las hidroeléctricas en Brasil se proyecta hoy sobre nuestro territorio, como si los grandes edificios y enormes presupuestos de la empresa Odebrecht pudieran abrirse camino por ellos mismos sobre nuestra Amazonía y su gente… o mejor dicho, a pesar de ellas.
Programas sociales, viveros para las orquídeas que se quedarán sin hábitat, cursos en las universidades, cantidades enormes de propaganda y cifras millonarias de lo que ellos ganarán, enmarcados en cuadritos con líneas siempre apuntando a un cielo poco visible. Eso es lo que nos ofrecen. Poco nos dicen de lo que pasará con la gente que tendrá que asumir el enorme sacrificio de dejar que inunden sus casas y tierras; y menos aún, que buena parte de las hidroeléctricas que se proyecta construir obedece a la fuerte presión que la minería ejerce sobre nuestra Matriz Energética Interconectada Nacional a fin que se edifiquen nuevas centrales con energía barata para la explotación de minerales. Difícilmente veremos alguna de las cartillas de Odebrecht en Celendín (Cajamarca) en las que se nos diga que lo más lógico, rentable y práctico para ellos sería venderle la electricidad a Minas Conga, ya que Chadín 2 se pretende construir como anillo al dedo para abastecer de electricidad a un “futuro” proyecto minero en este lugar. En otras palabras, represar el Río Marañón en el lugar que, además, constituye el corazón del hábitat de especies oriundas en peligro de extinción, como el oso de anteojos.
En los próximos años se tiene programada la construcción de al menos treinta hidroeléctricas en todo el territorio nacional. Empero, nuestro país carece de un plan de desarrollo nacional consultado con su población; tampoco cuenta con un plan de desarrollo energético y mucho menos con uno de ordenamiento territorial que nos permita proyectar para qué y para quién es necesaria la energía que demandan con tanta desesperación algunos medios de comunicación desde hace varios meses; especialmente sabiendo que los principales intereses no se encuentra en la población sino en el consumo de los sectores extractivos y sus cadenas de producción.
Extraordinaria vista de las Cataratas del Iguazu
En otras palabras, el proyecto Marañón, la hidroeléctrica de Inambari, la de Paquitzapango (ambas priorizadas dentro de la Nueva Matriz Energética Sostenible – NUMES del Estado), la hidroeléctrica de Chadín 2, el Proyecto Especial Olmos-Tinajones, Majes Siguas 2 y la ampliación del proyecto de Irrigación Chavimochic en su tercera etapa no están pensados dentro de ningún proyecto, ni a largo ni a mediano plazo, para el desarrollo integral del país, más allá de proyecciones de cifras macroeconómicas, para el crecimiento del PBI y las proyecciones de ganancia que pueda traer la venta de energía, de tierras o de productos para la agroexportación.
Finalmente, cualquiera puede darse cuenta -sin necesidad de grandes títulos profesionales ni especialización técnica- que nos estamos acercando sigilosamente, casi reptando, a nuestro segundo bicentenario como República con las taras de un Estado que sigue de espaldas a su población y en perpetua postura de irrespeto a su territorio. Tal lamentable situación se palpa aún en cada chacra, cada peque-peque, cada propiedad comunal y cada mototaxi. Y ese difuso proyecto de nación sigue siendo un libro de garabatos de aquellos “dueños” del Perú que jamás estarán dispuestos a dialogar con el pueblo.
Antonio Zambrano Allende: Politólogo, responsable del Área de Integración Solidaria de Forum Solidaridad Perú (FSP).
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