Anticiparse a las preguntas de una entrevista laboral es la clave para enfrentarse a la fase más decisiva del proceso de selección
Preparar
con antelación las posibles preguntas de una entrevista laboral reducirá considerablemente
la ansiedad del momento, aumentando la sensación de seguridad en usted mismo y
ayudándole a multiplicar las probabilidades de éxito. Para ello, es necesario
saber a qué tipo de preguntas tendrá que enfrentarse y ensayar, posteriormente,
la respuesta más adecuada a cada una de ellas.
Preguntas habituales en una entrevista de
trabajo
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Aunque no existe un patrón por el que se guíe toda entrevista
laboral, la mayoría tienen en común una serie de preguntas que se suelen
formular al candidato en cuestión.
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Normalmente, las primeras preguntas de una entrevista son las
referentes a su formación, como “¿Por qué eligió estos estudios?” o “¿Ha
ampliado su formación últimamente?”. Posteriormente, la entrevista se dirige
hacia preguntas sobre su experiencia profesional, del tipo “¿Qué éxitos
profesionales conseguidos destacaría? ” o “¿Qué personas nos pueden facilitar
referencias suyas?".
·
Después, el entrevistador se centrará en preguntas relacionadas
con sus objetivos profesionales, como por ejemplo “¿Por qué quiere cambiar de
empresa?” o “¿Cómo se ve dentro de cinco años?”; y seguirá con preguntas sobre
su personalidad, del tipo “Dígame tres de sus virtudes y tres de sus defectos”
o “¿Cómo actúa delante de situaciones imprevistas?”.
·
El último cuestionario consistirá en preguntas relativas a su
adecuación al puesto, como “¿Por qué cree que tendríamos que contractarle?” o
“¿Podría describir cómo sería su trabajo ideal?”.
·
Para responder a las preguntas de una entrevista de trabajo no
hay una fórmula mágica, la clave está en haber realizado previamente un
ejercicio individual de autoconocimiento, sin dejar nada a la improvisación.
Sería conveniente haber reflexionado sobre su personalidad, aptitudes y
objetivos profesionales; y actuar en coherencia con ello de una manera natural
y con la máxima sinceridad posible.
La importancia del lenguaje no verbal
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Cuando nos comunicamos, además de aquello que decimos,
establecemos otro tipo de lenguaje de manera involuntaria a través de miradas,
gestos o posturas.
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Un consejo que le ayudará a mejorar su comunicación no verbal es
mirar al entrevistador a los ojos, pues dará una sensación de transparencia y
confianza. También tendría que evitar posturas de cerramiento, como cruzar los
brazos o las piernas, porque parece que no se quiere que fluya la comunicación,
y acompañar su discurso con las manos pero sin hacer gestos muy exagerados.
·
Saber controlar el lenguaje corporal es tan importante como
preparar las preguntas de una entrevista, ya que es básico para reforzar nuestros
argumentos y causar, así, una buena imagen al entrevistador.
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